COMPARARTE: UN ATENTADO CONTRA TU ESENCIA
Parece ser que los humanos tendemos a compararnos.
Yo pensaba que era una cosa de Instagram pero el otro día vi al frutero paseando por el mercado.
Su tienda, está fuera del centro. Y los miércoles, que es día de mercado, parece ser que se queda más solo que la Luna sin estrellas.
Aquí nos gusta ir al mercado porque hay mucho producto local.
El tío, para cabrearse más, se recorre todo el mercado de arriba a abajo con cara de malas pulgas para corroborar lo que ya sabe desde hace años: aquí a la gente le gusta ir al mercado y por eso el los miércoles vende menos.
Me pasó algo parecido en Instagram.
Acabé invirtiendo mi oro (tiempo) en espiar a otrxs astrólogxs.
Cuántos seguidores, más o menos que yo, tenían.
Cuánto contenido, más o menos que yo, publicaban al día o a la semana.
Cuánto, más o menos que yo, tenían la agenda de llena.
Cuántas visualizaciones, más o menos que yo, tenían sus vídeos.
Y dependiendo de lo que veía mi ego hacía, bien palmas o pucheros.
Me costaba energía y decidí dejar de seguir a tó quisqui.
Hoy en frío, me atrevo a afirmar que la comparación es una mierda como una catedral.
La comparación es un atentado terrorista contra la esencia.
Porque la esencia por definición es única.
Compararla con la de cualquier otra persona es quitarte el inmenso valor que por naturaleza te pertenece.
Y es también olvidar que cada cual tiene su camino y su propio ritmo.
¿Te sirve esa comparación para sentirte “más importante que”? Oh, sí.
¿Y te puedes servir para sentirte como una mierda? Oh, también.
En ambos caso te olvidas de la realidad: eres única y lo que has venido a vivir también.
En este mundo que hemos montado (mental y/o real), puedes compararte todos los días a todas horas.
Yo por experiencia te recomiendo que te centres en ti.
Deja de compararte en directo y online porque te estás jodiendo.
Dedícate a descubrir tu esencia.
Vive de acuerdo con ella, respeta su ritmo, hazle un altar, ponla por encima de todos (sí, también de los mandatos familiares, de tu pareja, de tus amigues).
Porque cuando vives desde tu esencia, eres auténtica. Y la autenticidad no tiene competencia ni comparación.
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