Hace muchos, muchos años, en esta misma galaxia y en este mismo planeta, el tiempo cíclico fue la primera noción de tiempo de la historia del humano.

El ser humano comprendió el tiempo en función de las leyes inmutables de la naturaleza; las del eterno movimiento o, dicho de otra manera, las estaciones del año.

El tiempo lineal aparece más tarde junto con la idea de “progreso” y subordina la concepción del tiempo cíclico y natural a los avances sociales y desarrollo tecnológico.

Es decir, se normaliza el hecho de “tener que ir hacia delante” y nunca retornar.

Por el momento de la historia en el que hemos nacido, el tiempo en nuestra cabeza funciona como una flecha: para delante o para atrás, causa-efecto, es una sucesión de eventos.

La astrología, que ya sabes que es un poquico especial, sostiene que el tiempo no solo tiene ritmo (minutos, horas, meses, años) sino que también tiene cualidades.

Es decir, dota al tiempo de cualidad.

Estamos en junio de 2022 y luego viene julio, agosto y septiembre. 

Eso lo saben hasta en misa mayor.

El quid de la cuestión es, ¿cómo van a ser esos meses?


La astrología se basa en un concepto revolucionario ya que no hay otra disciplina que dote al tiempo de características concretas.

Es decir, cada ciclo, cada año, cada mes, cada día, más allá de pasar, tiene una cualidad vibratoria específica. Y la astrología se encarga de poner nombre a eso.

Tú no eres menos.

Tu tiempo en esta vida y en este cosmos tiene, año a año, una vibración específica.

Esto, si estás de alquiler en tu propia vida, quizá te parece una tontería.

Pero si tienes una vida en propiedad, puede interesarte más.

Con el término “una vida en propiedad” me refiero a que priorizas estar cada vez mejor contigo misma.

Porque oiga, cuando tenemos una vida de alquiler tampoco queremos invertir mucho en ese lugar en el que vivimos.

Dicho esto, si te apetece conocer las cualidades de tu tiempo para poder vivir con más calidad (mental, consciente) puedes pasar por aquí: